La siguiente reseña fue publicada por algún forista en algún foro del que no guardé la referencia. La reseña dice así:
Para los amantes de la música de acordeón en el departamento de Bolívar, Guillermo Torres siempre será un clásico, gracias a la permanencia y reconocimiento de su canción “Tristeza sobre tristeza”, que hace parte del larga duración “El nuevo rey sabanero”.
Esa producción, grabada para la empresa Codiscos, fue publicada en 1978 con el conjunto del acordeonista cartagenero Mariano Pérez, quien en distintas ocasiones contó que para tal grabación estaba pensando en contratar a otro cantante, “pero el día en que escuché la voz de Guillermo en un casette, en donde estaban varias de sus canciones, entre esas ‘Tristeza sobre tristeza’, me dije, carajo, este pela’o no canta tan mal. Así que al día siguiente fui a su casa en Turbaco y le pregunté: ‘oye, Guillermo, ¿te gustaría grabar estas canciones conmigo? Y él, un poco asombrado, también me preguntó: ‘Mariano, ¿y tú crees que yo sirva pa’ esa vaina?’. Le dije que no se preocupara que yo me encargaba de que todo saliera bien. Y así fue. Nos fuimos a grabar y el LP creo que ha sido el más exitoso de mi carrera”.
Los coleccionistas de música sabanera en la Costa Caribe colombiana saben que, después de “Tristezas sobre tristezas” en esa producción hay canciones de enorme valía como “Corazón inútil”, de Dagoberto Torres; “Penumbra”, de Julio Amador; “Corazón flamenco”, de Ángel Torres; “Rossy” y “Llora negro”, de Mariano Pérez; “Cila Bella”, de Pedro Cárdenas; y “Carmen de Bolívar”, de Lucho Bermúdez”.
Pero en ese mismo Long Play se destacaron “Abnegación”, de Mariano Pérez, la que ya es un clásico de obligada programación en el día de las madres; y “El chonchito altanero”, de Guillermo Torres, en donde el cantautor elaboró una fábula picaresca en contra del gobierno de los Estados Unidos.
La grabación contó con la participación de los músicos del conjunto “El binomio de oro”, en donde Mariano Pérez laboraba también como técnico de acordeones; y los coros fueron del cantante sucreño Juan Piña.
A lo mejor son muy pocos los vallenatófilos que están enterados que el seudónimo de “Julián Conrado” fue un homenaje que Guillermo Torres quiso hacerle a su amigo, el médico y cantante samario Julián Conrrado David, quien estudió su carrera en la Universidad de Cartagena y posteriormente grabó un L.P. en la disquera Codiscos, acompañado del acordeonista cesarence Gonzalo “Chalo” Orozco.
Conrado David, al igual que Guillermo Torres, era un inquieto por los temas de corte social y político y por esa causa, en 1982, haciendo el año rural en la localidad de San Carlos (Antioquia), cayó asesinado a manos de fuerzas aún desconocidas.
Después de “El rey sabanero”, Guillermo Torres se retiró un poco de la escena musical, pero sólo como cantante, ya que seguía componiendo sus canciones, una de las cuales, “Si lo supieras”, entregó a Mariano Pérez, quien se aprestaba a grabar con el cantante cartagenero Zoren Arrieta el L.P. “Por el título mundial”.
Más adelante, Mariano Pérez y Guillermo Torres volvieron a encontrarse en los estudios de grabación para producir un súper sencillo, del que sobresalió el pasebol “Poquito a poco”, de la autoría del cantautor turbaquero.